lunes, 1 de diciembre de 2008

El modelador del tiempo


El tenía su manera de comprender el tiempo, de moldearlo y cambiarlo a su gusto… y disfrutaba mucho de ello.

Gracias a ese don había realizado pequeños cambios que para él significaban nuevos universos. Y en esos universos él era algo más que uno de sus habitantes, era el que lo creaba y sostenía con su pensamiento.

En sus experiencias de modificar el pasado todo adquiría un significado diferente, Argentina ganaba la segunda final contra Alemania, no moría su padre y ella no le decía “adiós”.

Para sus amigos y su familia todo eso no dejaba de ser una pérdida de tiempo, una ensoñación inofensiva que solamente lo aislaba lentamente del mundo que lo rodeaba.

Desde que ella se fue, ya no intentaba grandes cambios históricos, sino que se empeñaba en remodelar su propia historia, ese regalo, esa frase… el color de su ropa en tal día….

Cada vez los cambios necesarios eran más y más pequeños al punto que se dio cuenta que la tarea de reescribir su vida requería de más tiempo y empeño.

Poco a poco se fue quedando sólo, perdió sus amigos y su trabajo, su familia lo miraba con tristeza pero no se animaban a molestarlo.

El veía todo cada vez más difícil, necesitaba cambiar hasta la última de las circunstancias si quería crear un nuevo momento, necesitaba precisar cada detalle para que fuera una vida con el suficiente grado de realismo como para hacerla creíble.

De tanto exigir su mente en repasar las infinitas variables de cada detalle, comenzaron los dolores, su cabeza latía próxima a estallar, las punzadas eran cada vez más fuertes.

Ultimamente el dolor lo atontaba, lo hacía caer en una especie de túnel oscuro y sin fin, sentía que descendía sin remedio y sólo lograba detener esa sensación cuando volvía a la realidad.

Pero regresar cada vez le costaba más y ese túnel lo atraía con una fuerza irresistible.

A pesar de su rechazo, esa caída le parecía conocida, muchas veces cuando lograba volver a la superficie, se quedaba pensando de dónde recordaba esa sensación, esa mezcla de vértigo y temor.

Una tarde, mientras estaba intentando cambiar esos reproches en la noche de la ruptura, todo se empezó a ennegrecer y se vio nuevamente cayendo a gran velocidad:

- “¿qué me pasa? ¿Dónde estoy?...


Y entre tanta oscuridad su mente recordó:

- ¡¡Sí, es como cuando tenía dieciocho años y me caí en ese pozo!! Me salvé de morir gracias a un amigo…

- Me acuerdo esos instantes de caída que fueron una eternidad, hasta por un momento había creído que era posible cambiar el futuro si lograba describirlo con todo detalle… podría extender cada instante tanto como sea necesario, hacer que un segundo durara horas, días, años o lo que quisiera....

- Me acuerdo que pensé que si mi amigo me ayudaba, podía salir de ese pozo y que pasado un tiempo nos íbamos a reír de ese accidente, después volveríamos a casa, se acercaba el tiempo de estudiar, mi padre estaba un poco enfermo pero seguro que no sería nada grave, empezaríamos a salir con chicas y en algunos años se jugaría el Mundial....

Fue en ese momento cuando supo que tenía el don de cambiar el futuro….

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